INTRODUCCIÓN
Mario Cavagnaro
Si bien a comienzos del siglo XX, ya se habían grabado en los Estados Unidos los primeros temas de música criolla peruana (exactamente, en 1911 por el dúo Montes y Manrique), la difusión de ellos y de otros temas tradicionales seguía siendo mediante reuniones privadas y espectáculos públicos. Los primeros tocadiscos que llegaban al Perú no estaban al alcance de las mayorías. La llegada en 1925 de la primera Radio (la OAX, convertida luego en luego Radio Nacional), bajo la presidencia del gobierno de Augusto B. Leguía, y las que se fundaron después ayudaron al desarrollo y difusión de la música criolla y sus cultores en el Perú.
Entre 1911 y fines de los años treinta, se realizaron numerosas grabaciones de música peruana con intérpretes nacionales. Entre ellos sobresalen las grabaciones del dúo Montes y Manrique para el sello discográfico Columbia. Sin embargo, aunque aquellas sesiones de grabación tuvieron lugar en Nueva York, Lima y Arequipa, todas estas grabaciones fueron editadas por empresas discográficas norteamericanas y exportadas al Perú.
La industria nacional discográfica surgiría masivamente recién a finales de los años cuarenta. Mientras tanto y debido a la llegada cada vez mayor de música extranjera, a través de las radios y de la importación de discos provenientes de México, Estados Unidos, Argentina y Chile, los intérpretes nacionales fueron enviados por sus respectivos agentes y promotores, a grabar a aquellos países. La producción de temas criollos en las voces de Jesús Vásquez, Delia Vallejos, Los Trovadores del Perú, Los Chalanes, Alicia Lizárraga, entre otros, fue cuantiosa. Muchos de ellos en la empresa Odeon bajo la producción del músico puñeno Jorge Huirse, radicado en Argentina. También la empresa RCA Victor contrató a diveros músicos criollos como el dúo Segovia-Morales, las Hermanas Martorell y otros, liderados por el maestro Filomeno Ormeño para una serie de grabaciones en Santiago de Chile.
Una vez establecida la industria discográfica en el Perú, fueron dos las empresas que tomaron el liderazgo. IEMPSA (representante de la empresa discográfica Odeon) adquirió en exclusividad los derechos de comercialización de los discos de la Sonora Matancera y empleó sus estudios de grabación para la música vernacular (El Jilguero del Huascarán y La Pastorita Huaracina). En música criolla tenían básicamente sólo a Los Embajadores Criollos, Los Morochucos y Los Chalanes. Sono Radio tomó después la iniciativa y reunió en sus filas a lo más selecto del cancionero criollo, contratando a Esther Granados, Jesús Vásquez, Roberto Tello y muchos otros. Luego contrataron también al trío Los Morochucos, que había terminado su contrato con Odeon.
En sus inicios la empresa Iempsa instaló sus primeros estudios de grabación en salas de cine en Lima. Las grabaciones se realizaban durante la noche, una vez terminadas las funciones cinematográficas. Este sistema fue repetido por cerca de dos años, hasta que fueran acondicionados los primeros estudios de grabación propios. Durante los siguientes veinte años, desde la aparición de Sono Radio, dos personajes dominarían la escena criolla y la producción discográfica en el Perú: Mario Cavagnaro y Oscar Avilés.
Mario Cavagnaro · El Compositor
En 1951 Mario Cavagnaro inició su carrera como compositor. Sus primeros temas fueron boleros interpretados exclusivamente por el trío Los Caballeros de la Noche (Humberto Pejovés, Luis Ríos y Edgardo Flórez). Sus actuaciones y conciertos eran anunciados de la siguiente manera: "las canciones de Mario Cavagnaro en las voces de Los Caballeros de la Noche", presentación planteada por el compositor en calidad de empresario personal de los jóvenes músicos. Desde su debut en Radio América, el trío tuvo gran éxito y se convirtió en el pionero del Bolero en el Perú. Más aún al estrenar un tema que se haría popular en el Perú y posteriormente en todo el mundo de habla hispana, Osito de Felpa.
Mario Cavagnaro - Osito de Felpa |
Mario Cavagnaro y Los Troveros Criollos
En 1952, cuando la fama del trío Los Embajadores Criollos había ya decaído, estalló el fenómeno Los Troveros Criollos. Ellos eran Jorge Pérez y Lucho Garland, un dúo joven que con un repertorio de canciones alegres y mensaje positivo batían records de audiencia y de ventas, con temas como La Reina de España, El Parisien, Cirilo Murruchuca, Ay Chinita, Un Zapatero celoso, Amancaes de Ayer y otros. Los Troveros Criollos compartían escena en Radio América con Los Caballeros de la Noche y pasó lo que tenía que pasar: Mario Cavagnaro, contagiado por tan grande suceso, decide probar suerte en el criollismo y componer temas de igual alegría, también en forma exclusiva, esta vez para Los Troveros Criollos y luego de los éxitos iniciales, se separa de Los Caballeros de la Noche.
El lenguaje de replana empleado por el compositor, más la alegría criolla innata en Jorge Pérez y Lucho Garland resultó una mezcla ideal. Temas como Yo la quería Patita, Carretas aquí es el Tono, se vendieron como pan caliente. El primer LP grabado por ellos fue titulado "Los Troveros Criollos y Mario Cavagnaro", compartiendo nuevamente con el compositor, roles estelares. Si Los Embajadores Criollos habían quebrado todos los records de audiencia, mediante sus presentaciones en la radio, Los Troveros Criollos quebraron todos los records en ventas de discos.
Esta exitosa y lucrativa sociedad entre Mario Cavagnaro y Los Troveros Criollos culminó el invierno de 1955, cuando Lucho Garland decide disolver al dúo y formar un trío con Humberto Pejovés y Pepe Ladd, con los cuales poder desarrollar su carrera artística. Jorge Pérez (el otro miembro del dúo) se unió a Rafael Matallana y a Jorge Malborg, intentando continuar con la línea de replana trazada por el compositor. Lamentablemente, no tuvo el éxito esperado y Mario Cavagnaro tuvo que aceptar que la época de la replana había llegado a su fin. A su fin llegó también su sociedad con Los Troveros Criollos.
Mario Cavagnaro y Los Troveros Criollos. |
Mario Cavagnaro · El Director Artístico de Sono-Radio
El 2 de Abril de 1956 Mario Cavagnaro, por sus méritos como compositor, arreglista, locutor y músico fue nombrado Director Artistico de la compañía disquera Sono radio; la más grande del Perú y la que tenía en sus filas a la mayor parte de estrellas del cancionero criollo. A pesar de los escasos 6 años de existencia, Sono Radio ya se había convertido en la disquera líder en ventas de música criolla. Con la cantidad y calidad de músicos criollos que tenía en sus filas, sus dueños encontraron en Mario Cavagnaro a la persona idónea para consolidar y desarrollar su presencia en el mercado nacional.
A nivel general podríamos decir, que Cavagnaro cumplió con creces la expectativas que tuvieron los dueños de la empresa. A sus cualidades como compositor y arreglista, se sumaron su capacidad administrativa y su gran visión comercial.
Lamentablemente (para el resto de conjuntos), esta visión comercial que nunca lo dejó lo llevó a convertirse en manager personal de uno de los más grandes conjuntos criollos que han existido, Fiesta Criolla. La primera conformación de este conjunto incluía al guitarrista Oscar Avilés, así como a Francisco Jiménez, Humberto Cervantes, Arístides Ramírez y Pedro Torres.
Oscar Avilés en su autobiografía "Confesiones en Tono Menor" cuenta: "el apoyo de Mario Cavagnaro al conjunto Fiesta Criolla era total, debido a su doble condición de Director Artístico de Sono Radio y manager personal del conjunto. La sala de grabación de la disquera siempre estaba a disposición de Fiesta Criolla, dejando al resto de intérpretes en una segunda prioridad". La disquera invirtió mucho dinero en publicidad y con la innegable calidad del conjunto, en el cual sobresalía Oscar Avilés, los resultados económicos no se hicieron esperar.
SONO RADIO - COMPAÑIA DISQUERA: |
Oscar Avilés · El Músico
Como músico, Oscar Avilés ya tenía una trayectoria impresionante antes de fundar Fiesta Criolla. Entre muchos logros, estaban el haber sido guitarrista principal del conjunto de La Limeñita y Ascoy, primera guitarra de Los Trovadores del Perú (junto a Oswaldo Campos, Francisco Jiménez y Miguel Paz) y primera guitarra del trío Los Morochucos. A la disolución del trío, por enfermedad de su vocalista Alejandro Cortez, formó su Academia de Guitarra y pasó a formar parte del equipo musical de la Disquera Sono Radio, acompañando a muchos artistas como Chabuca Granda, Jesús Vásquez y muchos otros.
Oscar Avilés - El músico. |
En 1956 fundó el conjunto Fiesta Criolla, en la conformación mencionada líneas arriba. Con tales pergaminos y logros, Avilés tenía grandes ambiciones y bien fundadas expectativas personales de ocupar el puesto de Director Artístico en Sono Radio.
Oscar Avilés y su Conjunto Fiesta Criolla |
Oscar Avilés: El Director Artístico de......IEMPSA
También sobre esta decepción figura en su autobiografía: "Cuando un día recibe la llamada del Sr. Mendiburu, gerente general de Sono Radio, para conversar sobre un nombramiento de un Director Artístico, Avilés consideró que el puesto era suyo. Grande fue su sorpresa al enterarse, que se había designado al compositor Mario Cavagnaro. Desde entonces su ánimo decayó y poco tiempo más tarde (invierno de 1957) abandonó Sono Radio para irse a IEMPSA como Director Artístico".
Oscar Avilés abandona Sono Radio y Fiesta Criolla, no sin antes intentar convencer al conjunto de su paso a IEMPSA. Con una gran oferta económica, que al parecer nunca llegó a cumplir, Mario Cavagnaro logró que Fiesta Criolla continuara en Sono Radio. Aquí nuevamente sobresale el instinto y la visión comercial del compositor: integró en reemplazo de Oscar Avilés al buen guitarrista Roberto Velásquez. Sin embargo, en todas las publicaciones y discos del conjunto, Cavagnaro evitó editar fotos mostrando al nuevo conjunto Fiesta Criolla sin Avilés. Entonces y aún hoy, muchas personas pensaron y piensan que el conjunto Fiesta Criolla nació y murió con Oscar Avilés. Una lástima, porque el gran número de grabaciones dejadas por el nuevo conjunto, muestran la calidad de Roberto Velásquez como guitarrista, el cual merecería mayor reconocimiento.
Como Director Artístico de IEMPSA, Avilés también satisfizo ampliamente las expectativas que tuvo la gerencia. Con el tiempo IEMPSA logró captar una buena parte del mercado criollo, con las nuevas ideas y estrategias del flamante Director. Una de ellas fue introducir a la música criolla al músico de jazz y temas tropicales, el saxofonista Julio Mori. También contrató a un joven cuarteto de música internacional, que había caído en desgracia por su bajas ventas de discos en ese género: los Hermanos Zañartu, quienes a partir de entonces se dedicaron al género criollo, con mucho éxito.
Aunque hasta entonces, IEMPSA se jactaba de ser económicamente la más exitosa en el Perú, gracias a sus estrellas La Pastorita Huaracina y el Jilguero del Huascarán, a fines de los cincuenta la época de oro de sus otros baluartes, la Sonora Matancera y Los Embajadores Criollos llegaba a su fin, mientras que la música criolla estaba en su apogeo. Esta fue una de las razones para contratar al gran músico y guitarrista criollo.
Otra de las primeras medidas de Oscar Avilés como Director Artístico fue el relanzamiento de Los Embajadores Criollos. Para su gusto el trío tenía un compás demasiado lento y un sonido demasiado ligero, que podría ser mejorado con otro guitarrista en las grabaciones. Para ello decidió acompañarlos personalmente en los discos de su segunda etapa de grabaciones y encomendó luego esta labor a otros buenos guitarristas, como Adolfo Zelada. Con Oscar Avilés de productor, director artístico y guitarrista, Los Embajadores Criollos grabaron su primer LP.
A pesar de los grandes éxitos que el trío y Avilés obtuvieron con temas como Lucy Smith, El Rosario de mi Madre, Tu Culpa (Tronco seco) y otros, así como la participación incógnita de Avilés, Los Embajadores Criollos se separaron. Rómulo Varillas, ex-director musical del trío, nunca perdonó la intromisión del guitarrista y la práctica degradación del chino Alejandro Rodríguez.
En su calidad de Director, Avilés decidió también acompañar instrumentalmente a todas sus nuevas contrataciones. El número de grabaciones criollas en las cuales participó como Director Artístico y guitarrista es incontable.
Otro de los grandes éxitos comerciales de IEMPSA bajo su dirección fue el renacimiento y relanzamiento del trío Los Morochucos, en el cual el participaba en su doble función. Sin las cualidades vocales e instrumentales de sus años mozos, pero con una calidad de sonido impresionante y de avanzada, lograda en estudios de grabación norteamericanos, Los Morochucos tuvieron un gran suceso comercial hasta fines de los sesenta.
CONCLUSIONES
En resumen podemos concluir que el viejo consejo "Nunca seas juez y parte" mantiene actualidad. La combinación de competencias administrativas por un lado e intereses personales (como directores, músicos y agentes) generó en los casos de Mario Cavagnaro y Oscar Avilés un conflicto de intereses muy grande. Este conflicto culminó como sucede en la mayoría de casos, con sabores y sinsabores, ganadores y perdedores. Felizmente o a pesar de ello, el criollismo tuvo una época dorada durante la hegemonía de Sono Radio y IEMPSA y los testimonios musicales que bajo la dirección de Oscar Avilés y Mario Cavagnaro se produjeron, quedan imborrables.
Hoy que vemos las ruinas de la industria discográfica nacional, intensificada por la competencia desleal de la industria informal, me pregunto: con un apoyo netamente profesional y equitativo, cuál hubiera sido el desarrollo artístico de nuestros músicos?, qué suerte hubieran corrido los músicos que quedaron en el camino?, cuáles serían los canales de difusión de nuestra música criolla y cuáles las fuentes de ingreso adicionales para nuestros artistas? Los casos mencionados son aislados pero representativos. La lucha continua de nuestros músicos por la supervivencia artística obliga a aprender de nuestros errores.
Los Chamas (Oscar "Pajarito" Bromley y Washington Gómez) con Oscar Avilés |
Para terminar les muestro como primicia una anécdota y enlace histórico: al enterarse la gerencia de Sono Radio de la renuncia de Oscar Avilés y su paso a la competencia, le pidieron una última grabación junto a uno de sus conjuntos principales, el trío Los Chamas. Esta grabación, a manera de regalo de despedida, fue editada en uno de los mini Long Plays de 8 canciones del trío. Bajo la protesta y gran descontento de la primera guitarra y co-fundador de Los Chamas, Rolando Gómez, Mario Cavagnaro hizo grabar el tema El Huerto de mi Amada a Oscar "Pajarito" Bromley", Oscar Avilés (primera guitarra) y Washington Gómez (segunda voz y guitarra). Posteriormente, nunca más ninguno de los involucrados quizo recordar este poco feliz acontecimiento.
Aquí tienen esta histórica grabación:
El Huerto de mi Amada - Video (Los Chamas y Oscar Avilés):
Pepe Ladd, 29 de Noviembre del 2013.
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