HISTORIA DE LA MÚSICA CRIOLLA PERUANA

HISTORIA DE LA MÚSICA CRIOLLA PERUANA

miércoles, 30 de diciembre de 2015

SON DE LOS DIABLOS


Son de los Diablos - Los Orígenes




El Son de los Diablos es una antigua tradición y expresión popular llena de música, danza, máscaras, colorido y mucha diversión, que tuvo mucha influencia en la música y danza del festejo que conocemos hoy. Sus inicios se remontan a las festividades realizadas durante los siglos XV y XVI, como símbolo del catolicismo en España y practicadas en Lima a fines del siglo XVI. Esta celebración se integró a la tradición popular limeña, siendo una de las expresiones del patrimonio expresivo artístico limeño, que por su riqueza, significación y tradición refleja fielmente la identidad y diversidad cultural de nuestro país.

 

El investigador Fernando Patrón Miñán lo define como una comparsa (o grupo de personas) que acompañaba en forma burlesca y alegórica a las procesiones previas a la Semana Santa. Según sus apreciaciones, estas celebraciones se llevaban a cabo en torno a las costumbres religiosas denominadas luego Carnavales. Las comparsas tenían músicos y varios bailarines. La mayoría vestía trajes coloridos y utilizaba máscaras.

Son de los Diablos - Acuarela del pintor peruano Pancho Fierro (1809-1879).




Son de los Diablos - La Danza.

La danza representa al diablo (con máscaras, rabos, tridentes) y salía por las calles como una Comparsa al mando del Caporal. La coreografía, conformada por un diablo mayor, capataces y peones o diablos, incluye pasadas de zapateo y movimientos acrobáticos así como gritos para asustar a los pasantes. Se acompañaba con guitarras, cajita y quijada de burro (Wikipedia).


Esta representación folklórica era de origen español y celebraba la victoria de los españoles sobre los moros invasores. Los conquistadores la trajeron al Perú y la hicieron representar por sus esclavos negros. La idea tenía un doble objetivo: afirmar la superioridad del blanco sobre el negro y también la superioridad del cristiano sobre el pagano. Así los trabajadores negros eran implícitamente invitados a respetar a su patrones y a cristianizarse.


Esta danza estuvo íntimamente ligada a las celebraciones del Corpus Christi; en un inicio los negros eran quienes abrían la procesión y estaban encargados de recoger la limosna, iban cuidadosamente vestidos, llevando un distintivo de diferentes colores que los identificaba con su respectiva cofradía. Esta limosna era recogida en una cajita de madera, que luego se convertiría en el instrumento de percusión que hoy conocemos. Es posible también que el portador de la cajita, golpeara ésta abriendo y cerrando la tapa, lo que invitaba al público devoto a poner monedas de limosna en ella. Se desconoce el momento en que esta colecta para la iglesia pasa a ser la representación de la "lucha entre el bien y el mal".


En un comienzo participaban en esta danza negros y blancos. En representación del bien un "ángel" blanco y un "diablo" negro como símbolo del mal. El bien siempre triunfaba. Posteriormente la danza era totalmente del negro peruano, quien asume jubiloso su papel de diablo –desapareciendo la presencia del ángel– y bailándola sólo para la fiesta pagana de los carnavales. A diferencia de celebraciones del Corpus Christi en otras ciudades como en Sevilla, en México o en el Cuzco, la celebración en Lima se caracterizaba por la gran participación de la población negra ya que, de acuerdo a Frederick Bowser, Lima fue la ciudad con la mayor concentración de negros de todo el hemisferio occidental durante el siglo XVII y siguió siendo predominante durante toda la Colonia (Mónica Rojas).


Nicomedes Santa Cruz nos dice que en las colonias de América con los negros esclavos e indios sojuzgados y bajo la sutil apariencia de un día de total “libertad”, el dominador invitaba al dominado para que practicara sus más espectaculares danzas ancestrales. El fin que se perseguía era utilizar su cultura “pagana” como encarnación del “mal” y relevar así la sagrada imagen del “bien”, identificando a los primeros con el propio diablo. “El éxito de tan peregrina empresa fue tal, que hasta los propios dominados terminaron en muchos casos por admitirse diablos y aceptar gustosos su papel”. Y aunque la danza de diablos tiene su origen en España, los afroamericanos la fueron haciendo suya (Cimarrones, Página Web).


De acuerdo a Frederick Bowser, Lima fue la ciudad con la mayor concentración de negros en aquella época. En la primera parte del siglo XX sin embargo, aunque la música y ritmos negros ya se asimilaban al repertorio nacional, aún existían tendencias sumamente racistas. El muy famoso y premiado autor Eudocio Carrera Vergara, conocido como el “doctor Copaiba” escribió en 1954: “Durante los carnavales limeños, el llamado Son de los Diablos fue otro número que provocaba revuelo en algunas calles. Lo componían grupos de negros grandazos y pestíferos, horrorosamente disfrazados de aquellos y casi siempe en bomba, que portando enorme quijadas de burro , al son de flautas, tamboriles y otros instrumentos músicos del más feo gusto, se detenían frente a las casas a bailar y gritar, hechos unos verdaderos escapados del infierno; tendiendo después las manos para que les chorrearan centavos”.


La música criolla ha cambiado mucho desde aquellas épocas y hoy por hoy, los ritmos denominados negros o afroperuanos predominan sobre los europeruanos, si se puede llamar a éstos así. Existen muchos estudios y trabajos de investigación sobre las raíces de la música afroperuana. Bastaría citar entre los más recientes los realizados por investigadores de la talla de Nicomedes Santa Cruz, Marcela Cornejo Díaz, Chalena Vásquez Rodríguez, Fernando Patrón Miñán, la familia Santa Cruz y el Museo Afroperuano, entre otros.


Son de los Diablos - Representación escenica.



Son de los Diablos - Autoría.
La letra que hoy conocemos como el canto de esta danza pertenece a Fernando Soria (1861-1911). Algunos aducen que fue compuesta por su hijo, Fernando Soria Menacho. Según cancioneros de la época, publicados por el investigador peruano Darío Mejía, el tema que hoy conocemos como Son de los Diablos tuvo letra de Fernando Soria y música (probablemente recopilación) de Filomeno Ormeno y fue estrenado por el mismo Ormeno y el dúo Segovia-Morales en 1945. Su nombre original era Venimos de los Infiernos.

Fernando Soria, el padre y conocido como “El Cojo”, fue uno de los principales miembros de la temida pandilla denominada La Palizada, junto a Alejandro Ayarza “Karamanduka” y otros. Este grupo se caracterizó por sus desmanes y matonerías, siendo uno de los principales causantes del mal sentido de la palabra “criollada”. Según afirma Eudocio Carrera, “los negros cantores lo querían como a santo y seguían hasta los infiernos porque, músico y poeta de yapa, les ensenaba coplas cargadas de ají, muchas de las que se escuchan todavía con adoración”. Es por ello, que es más probable que estas letras sean de su autoría, aunque su hijo también compuso varios temas afroperuanos en los años 40 y 50. Mi teoría es que, al igual que lo que pasó con los maestros puneños Rosendo Huirse y su hijo Jorge, las obras del padre pasaron a ser registradas a nombre del hijo o a formar parte de su repertorio. De esta forma, se originó una confusión en cuanto a la verdadera autoría. Algo similar puede haber acontecido con las obras de Fernando Soria, padre.

De acuerdo a Nicomedes Santa Cruz, el limeño Son de los Diablos tiene su equivalente en los lambayecanos diablicos de Túcume, los liberteños diablos de Huamachuco, los cusqueños diablos (“saqra”) de Paucartambo, en la diablada de Puno y en otras danzas tanto en Perú como en casi toda Latinoamérica. De cualquier manera y como escribe Mónica Rojas “esta danza que algún momento les fue impuesta para representar al mismo demonio, pasó a ser propiedad de los negros en el Perú”.


Son de los Diablos - El Diablo mayor


Son de los Diablos - La Grabación perdida

Esta legendaria grabación del trío Los Morochucos, integrado por Augusto Egoaguirre, Alejandro Cortez y Oscar Avilés, fue editada por el sello Odeón en 1949 y es la primera vez que esta versión del popular Agua de Nieve (no Festejo) se publica en la redes. Los Morochucos también grabaron para el sello RCA Victor una similar versión acompañados del decimista Aurelio Collantes. Aunque con mejor calidad de grabación, Collantes le adicíonó un estribillo con letras de su propia autoría. El tradicional Son de los diablos no llevaba ningún estribillo.

Es interesante mencionar que en el breve lapso de 3 años, Los Morochucos grabaron tres versiones distintas del Son de los Diablos en los sellos discográficos Odeon, RCA Victor y Sono Radio. Esta es la grabación original:


Son de los Diablos - Los Morochucos.
 Son de los Diablos - Video: 




Son de los Diablos - Letras:


Venimos de los infiernos,
no se vayan a asustar.
Venimos de los infiernos,
no se vayan a asustar.
Con nuestros rabos y cuernos
que son sólo pa´ bailar.
Con nuestros rabos y cuernos,
que son sólo pá bailar.
Son de los Diablos son
y aquí vamos a bailar;


y el pícaro Cachafaz 
la quijada va a tocar.

      
Yo soy el diablo mayor
y me llaman Ño Bisté
por esa bemba que tengo
tan grande, mirela usted.
Todos los años salimos
cuando llega el carnaval
y asustamos a la gente
con nuestro baile infernal.

Pepe Ladd, 19 de Octubre del 2015.

HISTORIA DEL TORO MATA

   
TORO MATA - LA HISTORIA

Toro mata no fue sólo una canción popularizada por Pedro Carlos Soto de la Colina en 1973, sino todo un género musical desarrollado inicialmente por los esclavos africanos en el valle de Cañete en el Perú. Le corresponde a doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales el mérito de haber recopilado esta música y sus letras, mucho tiempo antes de que el tema mencionado adquiriera popularidad. El mismo Caitro Soto escribió en su libro “e Cajón: “Hay un Toro mata que es anterior al mío; es recopilación de la señora Rosa Mercedes Ayarza de Morales”.

Toro Mata cuenta la historia de dos amigos, esclavos africanos en los tiempos de la colonia, cuyo amo era amante de las corridas de toros. Un día que uno de ellos se había emborrachado, decidió probar el lidiar un toro de la hacienda. Las otros esclavos entusiasmados le consigueron un toro, mientras su amigo le recomendaba tomar cuidado. Cuando el esclavo intentó lidiar al toro, éste fue detrás de su piel negra y no hacia la capa roja. Finalmente, él no pudo evitar que el toro lo alcanzara, embistiera y matara.


Carlos Caitro adicionó versos a su versión e incluye al personaje Pititi (tomado del nombre de un bailarín de Perú Negro), a quien por su color, no le dan credibilidad en el arte del toreo (Fuente: Blog de Canete Arte negro).

La color no le permite
hacer el quite a Pititi.

Rosa Mercedes Ayarza describía el género Toro Mata como una danza-pantomima, en la cual se solía simular los lances del toreo. En su recopilación se menciona el final con las palabras:

Matalo nomás, ya te va a alcanzar.
Matalo nomás. Estás muerto ya.

Otra diferencia entre ambas versiones radica en que la canción de Caitro incluye una sección de fuga, que para el investigador norteamericano William Tompkins fuera extraído de un viejo festejo de Cañete ("Lima 'ta hablar y Cañete 'ta pondé"), según una entrevista realizada en 1975 a Ernesta Laguna Indalecio, de San Luis de Cañete. La canción se hizo popular luego de ser grabada por la Asociación Perú Negro a comienzos de los setentas, y también fuera del Perú al ser interpretada en ritmo de salsa por la cubana Celia Cruz.

Para los habitantes de Cañete Toro mata es un género propio. En cuanto a la coreografía, Augusto Azcuez (de Lima) y Ernesta Laguna (de Cañete) recordaron a Tompkins, que el toro mata (como había mencionado doña Rosa Mercedes) era un baile de pareja, que incluía pasos imitando la corrida de toros.
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En 1976, Tompkins recopiló en San Vicente de Cañete, una versión del Toro mata poco conocida, facilitada por Benedicta Rivadeneyra Rivas de Rivera. La diferencia principal era el contexto del tema, ya que tenía un argumento más político que taurino....(Fuente: The Musical Traditions of the Blacks of Coastal Peru. William David Tompkins. Tesis doctoral. Los Ángeles, 1982).

Aquí comparto con ustedes la recopilación de Toro Mata, de doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales en las exquisitas voces de los tenores Edmundo Pizarro y Raúl de Zela y las sopranos Teresa Medina de Musso y Ana María Parodi. Todos con la brillante dirección musical del maestro Manolo Avalos y su orquesta.


Pepe Ladd, 09 de Marzo del 2015.


TORO MATA (VERSIÓN ORIGINAL)

Toro mata, toro mata
Toro mata, mi compadre, toro mata.
Toro mata, toro mata
Toro mata, mi compadre, toro mata.

Matalo nomás,
ya te va a alcanzar.
Matalo nomás.
Estás muerto ya.

Por mi mama, por mi mama.
Por mi mama lloraré y por mi taita
Por mi mama, por mi mama.
Por mi mama lloraré y por mi taita

TORO MATA - EL VIDEO:




LA CONGA - MÚSICA AFRO-PERUANA


La Conga – Música criolla peruana de los tiempos del Belcanto y el buen gusto. Esta recopilación de dona Rosa Mercedes Ayarza de Morales fue grabada por un grupo de sopranos y tenores bajo la impecable dirección el maestro Manolo Avaalos y su Orquesta.

Con esta canción los chiclayanos festejaron en 1867, la entrada de las huestes revolucionarias de Balta. La aparición de la temida “fiebre amarilla” originó la incorporación de un nuevo cuarteto por culpa del cual el pueblo dejo de cantar este aire al proclamar un presbítero, desde el púlpito, que la Conga era la misma fiebre amarilla y que al ser llamada, con música y en verso, acudía al punto y “se llevaba” al cantor.....Con esta descripción doña Rosa Mercedes nos regresa a una época llena de tradiciones y dicho sea de paso, de supersticiones.

Zana, ubicada entre Chiclayo y el valle del río Jequetepeque, fue fundada el 29 de noviembre de 1563 con el nombre de Villa Santiago de Miraflores de Saña. En aquel entonces Zaña destacó por su opulencia, tan famosa en esos días que el pirata Edward Davis invadió la ciudad en 1686, arrasando con las riquezas de los españoles que poseían sus tierras en esa zona. Zaña logró recuperarse, pero por desgracia el 15 de marzo de 1720 ocurrió una inundación, las aguas del río Zaña dejaron su cauce y atacaron con gran fuerza a la ciudad destruyendo todo lo que estaba a su paso. Este suceso fue considerado como un "castigo divino" similar al que vivieran Sodoma y Gomorra, a causa de los ritos paganos y las orgías que celebraba la población...(Fuente: Wikipedia).


Actualmente, Zaña es un pequeño pueblo que trata de luchar por la conservación de su pasado histórico, y el progreso de sus habitantes a través de la agricultura. Por la importancia cultural y tradicional que tuvo entonces este pueblo, es de suponer que La Conga haya provenido también de sus influencias musicales en el norte lambayecano. Las tradiciones musicales de esta región son aún conservadas, gracias a la incansable labor de investigación y divulgación de organizaciones como Museo Afroperuano. Quien desee ahondar sus conocimientos sobre Zaña, su música y sus tradiciones hará bien en revisar todas las publicaciones editadas por ellos.

Los tenores que participan en esta grabación son Edmundo Pizarro Dávila y Raúl de Zela. Las Sopranos son Teresa Medina de Musso y Ana María Parodi.

Comparto con ustedes esta histórica grabación de música criolla proveniente de las legendarias tradiciones musicales del norte peruano.


Pepe Ladd, 02 de Marzo del 2015.


LA CONGA - VIDEO:


EL AMOR FINO EN EL PERÚ

AMOR FINO PERUANO

Este bello tema musical recopilado por doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales (aquí en la foto) nos regresa a épocas que hoy parecen remotas. Eran las épocas del Bel Canto, de la estética y el buen gusto en la música criolla. Comparto mi deleite con ustedes y les ofrezco al tenor peruano Edmundo Pizarro interpretando Amor fino, bajo la dirección de Manolo Avalos.

El Amor Fino es un género musical en peligro de extinsión, practicado por muy pocos intérpretes del cancionero criollo peruano. Apareció en el Peru y otros países de Sudamérica durante el siglo XVI, cuando los géneros musicales populares de España llegaron y se enriquecieron con los aportes de las colonias.
 
Mientras en los orígenes del Amor fino (como escuchan en esta grabación) su poesía estaba caracterizada por frases de amor y romance, en el Perú se convirtió en un género musical de competencia y desafío cantado. En un duelo entre contrarios se puede pasar rápidamente del ataque pícaro y travieso a la agresión verbal y, en algunos casos extremos, física. En el barrio limeño de Malambo, centro del Amor fino en el Perú, destacaron las familias Huambachano, Ascuez y la de Mateo Sancho Dávila, integrante del grupo de decimistas conocidos como Los doce Pares de Francia.

El músico e investigador José Antonio Leturia Chumpitazi nos cuenta: “En el Perú el Amor Fino se define como una cuarteta de procedencia española, que se canta o se recita. Por lo general se cantaba al final de un baile familiar o social en rueda de ocho cantantes y con el guitarrista al centro. La regla prohibía repetir el verso que ya hubiera sido cantado. Los cantantes iban saliendo cuando ya no podían entonar más versos. El que quedaba solo, al final, entonando versos era quien ganaba la competencia.”

El tenor peruano Edmundo Pizarro nació en 1919. El fue un tenor sumamente versátil que cantaba frecuentemente en los auditorios de Radio Nacional y otras estaciones locales. Su repertorio abarcaba desde los temas líricos hasta los románticos y otros del cancionero criollo. Entre sus interpretaciones del acervo criollo figuraban pregones, tonderos y tristes, así como una serie de recopilaciones de Rosa Mercedes Ayarza de Morales, como ésta titulada Amor fino. Además grabó diversos villancicos navideños junto a la compositora Chabuca Granda.

El fue sucesor de tenores de talla mundial como Alejandro Granda y Luis Alva, con quien llegó a alternar en su época; así como con destacadas sopranos como Lucrecia Sarria. Todos ellos antecesores de célebres tenores como Juan Diego Florez, hoy aclamado mundialmente como uno de los mejores de la historia y sopranos como Yma Sumac y Sara Ampuero Torres. Más interesantes datos biográficos de este excelente tenor, encontrarán en el blog Artistas del Perú de Jose Carlos Serván Meza.

Rosa Mercedes Ayarza de Morales

Doña Mercedes Ayarza de Morales, quien adorna esta ilustración, fue una de las personalidades más importantes en la historia de la música criolla peruana. Ella fue una virtuosa pianista, compositora, maestra de canto, investigadora y gran difusora de la música peruana. Aunque ella recopilara y catalogara este tema como una antigua canción negroide peruana, su delicada poesía tiene amplia influencia europea. Amor fino fue grabado en los sesenta por Edmundo Pizarro bajo la dirección del maestro Manolo Avalos y su Orquesta.


Pepe Ladd, 09 de Febrero del 2015


AMOR FINO PERUANO: EL VIDEO.