HISTORIA DE LA MÚSICA CRIOLLA PERUANA

HISTORIA DE LA MÚSICA CRIOLLA PERUANA

jueves, 3 de septiembre de 2020

LOS 100 AÑOS DE CHABUCA GRANDA

 LOS 100 AÑOS DE CHABUCA GRANDA

El Perú celebra hoy los 100 años del nacimiento de Chabuca Granda el 3 de Setiembre de 1920 en Cotabambas, Apurímac. Ella y su obra siguen vigentes nacional e internacionalmente. Sólo La Flor de la Canela le hubiera bastado para ser reconocida en todo el mundo, pero su obra fue más vasta.


Los gustos del pueblo peruano son decididamente especiales y la música criolla no es una excepción. Mientras vivió, Chabuca Granda fue una compositora admirada y respetada en el Perú. Sus canciones fueron cantadas por los grandes músicos del momento: La Flor de la Canela por Los Chamas. El Puente de los Suspiros por Los Morochucos, Callecita encendida por Los Troveros Criollos, Fina Estampa por Edith Barr y muchas más.


Como cantante, Chabuca Granda no recibió el reconocimiento debido en el Perú. El pueblo peruano, acostumbrado a las voces femeninas agudas, no la acogió como lo hacía con otras grandes de su época. Su voz era grave, por una operación sufrida durante su juventud.

No tenía la potencia de algunas ni alcanzaba la tonalidad de otras, que cantaban con más flexibilidad y “sabor criollo”. Sin embargo, fue precisamente esa voz grave, por momentos ronca y pausada, la que causó furor ante públicos extranjeros.


Adicionalmente, su cuna aristocrática y sus ideas políticas abiertamente conservadoras y anticomunistas, la alejaron de un determinado sector de la población. Chabuca fue y es aún acusada de cantarle a la Lima colonialista y a valores aristócratas de tiempos opresores.

A pesar de aquel conservadorismo, reflejado en muchas de sus canciones, ella nunca mezcló ideas con personas, ni dejó de aplaudir una buena obra, viniera de quien viniera.

Ella podía oponerse a la dictadura de un Velasco y saludar al mismo tiempo algunas de sus propuestas; también podía ser anticomunista y apreciar y admirar personalmente a un poeta socialista como Javier Heraud, a quien dedicara algunos de sus versos.






En el extranjero, no reparaban en posiciones políticas, ni textos colonialistas. Además de su cálida personalidad, su voz (sí, aquella grave voz) era un deleite para su público. Esa voz tan calmada y pausada le daba a sus temas un aire de intimidad tal, que parecía que conversaba con su público

Esa es la voz y el estilo, que tan brillantemente el maestro Oscar Avilés supo plasmar en el disco “Dialogando”, grabado por ambas glorias de nuestra música.


Su persona y su arte han sido admirados (en vida) por muchos en el extranjero, especialmente en España, México y Argentina. En éstos y otros países, ella nunca dejó de cantar temas de su repertorio criollo; a pesar de que su voz pudiera haberse prestado para temas más internacionales.


Chabuca Granda quería, ansiaba tener el cariño de su pueblo. Nunca lo manifestó más fehaciente y dramáticamente, que en los días anteriores a su muerte. Chabuca solía decir: “quieranme viva, no me quieran muerta”.


En vida y desde temprano, este cariño lo obtuvo a raudales de públicos internacionales. Los peruanos, aunque tarde, fuimos aprendiendo a quererla y lo seguimos haciendo, a través de sus canciones y de sus recuerdos.

En efecto, a lo largo de su carrera Chabuca obtuvo innumerables premios y galardones. Sin embargo, premios, diplomas y elogios no reemplazaban el calor de su pueblo que ella tanto deseó y que tanto le faltó.


Los homenajes que en vida recibió, tuvieron lugar mayoritariamente en el extranjero. En el extranjero era adorada por su público, no sólo como compositora sino también como cantante.

Poco antes de su definitiva partida, Chabuca mencionó estas frases, que hablan por sí solas: “Presiento que voy a morir…Me iré con la tristeza de saber que mañana, en el Perú que no veré, habrá otros peruanos que sabrán que mientras en el extranjero se conoce y estima a una mujer llamada Chabuca Granda, aquí apenas sí habrá un recuerdo”.


En el Perú los homenajes y tributos a nuestros músicos llegaron y llegan sólo después de su muerte. Es una nauseabunda costumbre nacional, que personajes que deberían ser catalogados como héroes culturales, por su ardua labor a pesar del poco apoyo recibido, son ignorados mientras están aún con nosotros.


Una de las pocas y felices iniciativas oficiales, fue realizada en 1987 por el entonces Presidente del Perú, Alan García Pérez. Bajo gestiones en su gobierno ante la OEA, ésta nombró a Jesús Vásquez, Óscar Aviles, Arturo “Zambo” Cavero, Luis Abanto Morales y Augusto Polo Campos Patrimonio Cultural y Artístico de América.

El ser homenajeados con tal distinción en vida, fue desde entonces un acto inolvidable para ellos y para el Perú entero. Los músicos nombrados tuvieron una suerte, que lamentablemente ya no pudo disfrutar Chabuca. Ella falleció en 1983, cuatro años antes del evento celebrado en la sede de la OEA en Washington.


Ningún diploma, título o galardón pueden reemplazar la alegría de saberse querida por su pueblo. A 100 años de su nacimiento, hoy podemos decir que ese cariño, aunque tarde, ya lo tiene asegurado. ¡Feliz Cumpleaños Chabuca!


Pepe Ladd, 3 de Setiembre del 2020.



Fuente: Blog Viatelevision, 08 de Mayo del 2017 y

Blog Crónicas Criollas de Pepe Ladd. Página Web: http://pepe-ladd.blogspot.com/…/historia-de-la-flor-de-la-canela.html 

lunes, 27 de julio de 2020

EL "LOCO" DEL PARQUE KENNEDY


La historia es real y tuvo como protagonista a un caballero enamorado, como gran ausente a su novia y como escenario el Parque Kennedy de Miraflores.

Algunos de nosotros lo hemos visto muchas veces, caminando en la misma esquina del parque frente al Haití, con su clavel en el hojal, elegantemente vestido esperando a la novia que nunca llegaría. Lo llamaban irrespetuosamente “el Loco del Parque”, aunque otros más comprensivos le decían “el Novio del Parque”.

A esta historia real se le agregaron algunos detalles imaginativos, para hacerle un homenaje a uno de los tantos personajes anónimos que han adornado la historia de Lima.

Manuel retornó a la misma hora en la que lo hacía cada tarde. Le dio un beso a su madre, colgó su saco en la percha y procedió a separar la ropa que se iba a poner para su cita diaria de las 6 de la tarde. Buen hijo y soltero empedernido, vestía siempre un impecable terno, un sombrero algo pasado de moda y unos zapatos impecablemente lustrados que el mismo se preocupaba de dejar sin mácula cada mañana y de no ensuciar innecesariamente durante el transcurso del día.

En una época en la que la ciudad entera se despanzurraba al ritmo del mambo y el pueblo perdía la cabeza por tener una foto de Mara la Salvaje, Anacaona y Betty di Roma, él permanecía inmutable a las costumbres en boga y evitaba las fiestas estridentes, los trajes chirriantes y cualquier manifestación mundana de modernidad o mal gusto.


Manuel  (El Novio del Parque)


Había heredado de su padre la tenida clásica en el vestir, la pulcritud de gestos y ademanes, la formalidad como un estilo de vida sereno e imperturbable. De su madre tenía el gesto afable, la palabra justa y un romanticismo rayano con lo espiritual que lo llevaba a perder la mirada cuando evocaba a la dulce Milagros, enamorada de años, novia reciente y futura esposa con quien estaba a punto de formar una nueva familia. Todos los días se veían a la misma hora, en el mismo parque, en la misma banca.

Luego de recibir la rosa especialmente escogida por Manuel en la florería de la calle Berlín daban paseos interminables por el Malecón en busca de la mejor vista del atardecer cuando la niebla invernal lo permitía, charlas animadas que mezclaban recuentos del día transcurrido con impacientes planes para la etapa venidera.

Tomados de la mano caminaban y soñaban, siendo mirados con cierta curiosidad y envidia por los habituales parroquianos de la zona quienes ya sabían del impostergable encuentro vespertino que se celebraba a diario: El muchacho del terno y la flor con la chica de vestido plisado.

Aquella tarde Manuel quería darle una sorpresa a Milagros. Por fin había conseguido una fecha en la iglesia que coincidía con la disponibilidad del sacerdote, con la hora deseada y con el periodo de vacaciones que le darían en el trabajo. Había planeado llevar a pasear a Milagros y luego invitarla a comer a fin de comunicarle en medio de la velada la buena noticia.

Para esto sacó su mejor traje, un terno de lanilla inglesa, que solo usaba en ocasiones especiales como intuía que iba a ser esta. Lo escobilló con dedicación y esmero, le aliso algunos flecos, saco una camisa de lino y se engomino el cabello como cada tarde, pasando el peine una y cien veces por cada hebra que estaba siendo alisada, verificando que todo estuviese en su sitio, perfecto, impecable, como Dios manda, es decir, como siempre.

Se despidió con el mismo beso en la frente de su madre y enrumbó hacia la florería. Escogió dos claveles color tornasol, le pareció que la ocasión ameritaba una flor especial y de inusual belleza. Recorrió los mismos pasos que lo llevarían al encuentro habitual, hasta podía responder, en caso de ser preguntado, cuantos pasos lo separaban de la florería hasta la banca del parque y el tiempo que demoraba en recorrerlos sin prisa pero sin pausa.

Llegó a la hora acostumbrada, cuando una tenue neblina se desparramaba por todo el lugar confirmando la plenitud de un invierno que prometía ser bastante crudo. Sintió un poco de frío y se sentó a esperar a Milagros, al final, eso no le importaba a Manuel, su amor estaba a prueba de estacionalidades, climas, malos tiempos y eventuales retrasos.Poco a poco la niebla fría de la tarde dio lugar a una pertinaz llovizna y a la oscuridad absoluta de la noche.

Milagros no aparecía, era bastante inusual su retraso. A veces se demoraba 5 minutos, una vez demoró diez por entretenerse comprando un presente para Manuel pero nunca habían transcurrido más de 45 minutos sin saber nada de ella. En su organizada y metódica rutina diaria ese lapso de tiempo era una eternidad, sobre todo si ella no aparecía sin razón aparente.

Al cabo de una hora decidió irla a buscar a su casa, una residencia solariega miraflorina que no estaba muy lejos del parque. Tocó la puerta y nadie atendió ni el timbre ni los golpes propinados a la vieja puerta de madera.

Completamente mojado a causa de la llovizna, con los claveles estrujados en un bolsillo del saco y presa de un nerviosismo que lo hacía mover nerviosamente la cabeza de un lado a otro sintió una mano firme que lo sujetó del brazo derecho y una voz gruesa que lo llamó por su nombre:

-“!Manuel, debes acompanarme! Milagritos ha tenido un accidente y está en la clínica”.

Se dejó llevar por el familiar de Milagros, como si fuera un autómata, hacia una clínica cercana. Nada de esto podía ser cierto, debía tratarse de un error, pensaba dentro de sí. Fue conducido a una sala en donde estaban congregados los padres y demás familiares de ella. Todos lloraban, se abrazaban y el seguía sin entender nada.

Pudo escuchar, antes de nublar su vista y su mente, a alguien que le decía que tenía que ser fuerte, que todo había sido muy rápido, que Milagritos no había sufrido, que se entregó inconsciente en los brazos del señor.

Las tardes invernales discurrían apacibles en el parque miraflorino. Niños paseados por comedidas nanas, ancianos conversando con la mirada extraviada en épocas mejores, solo faltaba la pareja de novios que a fuerza de costumbre se habían convertido en una suerte de postal de las tardes de ese parque y que por un designio perverso habían desaparecido de un día para el otro.

Algunas semanas despues, alguien notó que Manuel comenzó a llegar diariamente a la misma hora, a la misma banca, con la rosa en la mano y con la expresión expectante de alguien que espera ansiosamente la llegada de una persona muy querida. Se sentaba, impecablemente vestido, en la banca que había sabido ser albergue de sus cuitas con Milagros y durante 45 minutos exactos murmullaba palabras ininteligibles que nadie podía ni se atrevía a descifrar.

Su expresión era apacible, no dejaba de saludar a los que lo miraban con curiosidad ni de ser amable con las personas que lo reconocían y saludaban por su nombre. Cuando el tiempo se había cumplido, dejaba la rosa en la banca, se acomodaba el sombrero y desandaba sus pasos de regreso a casa, con la misma cadencia y sin ningún apuro especal por apresurar su retorno. Así lo hizo por 30 años más, según refieren los vecinos del lugar, en forma ininterrumpida.

Nadie se atrevía a tocar la rosa que dejaba aunque ninguno supo explicar porque la banca amanecía sin la flor a la mañana siguiente. En el ultimo año se notaba que el deterioro físico de aquella persona anciana era evidente, pero el seguía en forma impertérrita fiel a la costumbre, al atuendo, a la hora y al ritual. Algunos muchachos se burlaban de él, Manuel solo les respondía con una comprensiva sonrisa, tan distante como lastimera.

Quedaban ya pocos testigos de lo sucedido décadas atrás y casi nadie parecía conocer a aquel anciano de sienes plateadas, mirada triste y ternos raídos que aparecía cada tarde llevando una rosa, farfullando frases inaudibles y cargando sobre sus hombros el peso de una nostalgia dolorosa e inacabable en la cual aquel hombre había encontrado una excusa para aferrarse a esta vida.

Una tarde Manuel faltó a la cita y los muchachos se preguntaron en forma displicente que habría pasado con el loco del parque. Al día siguiente tampoco apareció y nunca se supo nada más de él.

Nadie se llegó a enterar que había dejado de ir a la cita diaria del parque para acudir a ese llamado que lo reclamaba y que había estado esperando en forma casi silente y resignada durante más de tres décadas: La oportunidad de darle el encuentro finalmente – y para siempre - a Milagros.



Nota: Esta bella historia fue publicada anteriormente en el Blog El Urbanito, al cual deseo y debo dar todos los créditos. Igualmente complemento la historia con la foto real de un personaje real. 


Pepe Ladd, 27 de Julio del 2020.



Fuente: Fotos antiguas del Perú y del Mundo . Facebook, 18 de Julio del 2020.

Fuente principal: Blog El Urbanito. Lima, 13 de Junio del 2006.


Fuente fotográfica: Anita Mesinas (Grupo @Fotos antiguas del Perú y del Mundo. Facebook, 27 de Julio del 2020.

miércoles, 15 de abril de 2020

LOS 100 AÑOS DE FRANCISCO "PANCHO" QUIRÓS


El 15 de Abril de 1920, nació Francisco Quirós Tafur en el Callao. “Pancho” Quiroz fue el personaje criollo, que probablemente más ha hecho (intelectual y prácticamente) por su querido Puerto.

Francisco Quirós fue un destacado Capitán de Navío de nuestra Marina de Guerra. El egresó con el grado de Alférez de Fragata en el año 1941; la primera dependencia que la vida le reservó fue en el BAP que llevaba el nombre de "GRAU". En 1971 pasó a la situación de retiro con el grado de Capitán de Navío.

Además de marino Pancho Quirós brilló como compositor criollo. Su primera composición fue un One Step llamado Souvenires. Siendo su gran pasión el mar, en su música (himnos, valses y polkas) se veía constantemente reflejado su amor a el y a su patria.

El fue autor del Himno de la Marina Peruana. En cuyo texto se puede comprobar y resumir el cariño del autor hacia Grau, pues resalta poéticamente el valor, el coraje y la caballerosidad del gran Almirante Don Miguel Grau Seminario. Entre sus temas criollos resaltan los valses Caricia, Cabecita loca, Leonor, Mi Sirena, Santa Clotilde, Bandida, El nuevo Gerente, la polka Los Submarinistas, entre otros.

Además de la música, su otra gran pasión fue el futbol y como buen chalaco, compuso para su querido Club Sport Boys un tema, convertido hoy en su himno: la polka ¡Vamos Boys!. También compuso la polka Furia chalaca como un homenaje al otro club porteño, el Atlético Chalaco. Vamos Boys, popularizado por el “Carreta” Jorge Pérez es junto a la Polka Perú Campeón, el tema criollo más emblemático y popular.

A continuación una décima dedicada por Nicomedes Santa Cruz a Francisco Pancho Quirós, que lo describe fielmente
:
Eficiente Comandante
has sido en nuestra flotilla,
paseando tu invicta quilla
trimando en el mar tronante.
Pronto de contralmirante
lucirás la charretera,
que en tu vida marinera
hay lugar para los dos:
el criollo Pancho Quirós
y el marino de alma entera.


Los Troveros Criollos fueron durante muchos años el conjunto predilecto de la Marina de Guerra del Perú. Lucho Garland, Humberto Pejovés y Pepe Ladd amenizaron en innumerables ocasiones sus diversas celebraciones oficiales, llevados por el Oficial Francisco “Pancho” Quirós, admirador y colaborador de Los Troveros Criollos desde sus inicios como dúo en 1952. El dúo Los Troveros Criollos (Jorge Pérez y Lucho Garland) grabó con gran éxito varios de sus temas, entre ellos los valses Leonor, El Buquecito y Cabecita loca.


Francisco "Pancho" Quirós y Los Troveros Criollos


Fue en la época del trío Los Troveros Criollos, cuando la Marina Peruana les solicitó grabar temas de Francisco Quirós alusivos a la Marina Peruana. Así nació el recordado Himno Criollo a los Submarinistas, hasta hoy cantado por soldados y oficiales. Esta polka tuvo como innovación, el empleo de términos técnicos y marinos como “periscopio”, “inmersión”, “inducción” y otros, en perfecto acorde con la criolla melodía. A pesar del técnico lenguaje, la Polka adquirió gran popularidad. En las radios sonaban textos como éste:

Abranse las Kingstom.
Cierre la inducción,
luego la escotilla.
Habrá evacuación.

Nos gusta navegar debajo de la mar
y sentir que optimista trabaja el corazón.
En nuestra institución todo es cooperación.
¡Viva la Armada nacional que siempre está
lista para la acción!

http://www.lostroveroscriollos.com/video.php?contentID=89


La mutua admiración entre la Marina Peruana y Los Troveros Criollos no terminó con la muerte del marino y compositor. A comienzos de 1990, con motivo del 80. Aniversario de la fundación de la Fuerza de Submarinos del Perú (19 de Agosto de 1911), Los Troveros Criollos fueron invitados a rendir homenaje al gran Pancho Quirós. El disco grabado por Los Troveros Criollos (Lucho Garland, Mario Sánchez y Roberto García Godos) con temas de Francisco Quirós fue financiado por la Marina Peruana y fue empleado principalmente para fines institucionales.

Entre otros temas, se editaron Cabecita loca y Los Submarinistas. Broche de oro de tal cooperación fue la musicalización de parte de Lucho Garland de las décimas de Nicomedes Santa Cruz, Un Peruano Submarino, dedicado a la Marina Peruana y al Almirante Miguel Grau.
http://www.youtube.com/watch?v=vqzVUp15s3M

En tiempos modernos, la cantautora Olga Milla con deliciosa voz y arreglos muy sutiles grabó el vals Caricia, otra joya de su repertorio.


Francisco Quirós Tafur falleció el 20 de abril de 1975. Hoy a 100 años del aniversario de su nacimiento, lo recuerdo con este artículo en su homenaje.

Pepe Ladd, 15 de Abril del 2020.


Nota: En la histórica foto que comparto, aprecian a Los Troveros Criollos (Humberto Pejovés, Pepe Ladd y Lucho Garland) entregando su disco Los Submarinistas a los Oficiales de la Base de Submarinos del Perú. El Oficial de la izquierda es su autor, Francisco "Pancho" Quirós.


Fuente: Archivos personales de Pepe Ladd.


viernes, 13 de marzo de 2020

EL HEROÍSMO DEL CARRETA JORGE PÉREZ


El tiempo es implacable y los problemas diarios, así como los titulares sensacionalistas (generalmente negativos), nos hacen olvidar proezas como ésta que aconteció a una de nuestras glorias del criollismo, el Carreta Jorge Pérez.

En la mañana del 19 de Noviembre de 1954 Jorge Pèrez, primera voz de Los Troveros Criollos (en su conformación original como dúo), había ido de paseo a las playas de Pachacamac en compañía de sus familiares. Su sorpresa fue grande cuando vio caer al mar el avión PT-177 de la Fuerza Aérea Peruana, que hacía ejercicios con otros dos aviones.

El avión dio dos vueltas de espiral mientras volaba, precipitandose al mar a unos 20 metros de la playa. En el se encontraban el Teniente F.A.P. Carlos Alberto de Zela Nieto y el aspirante alumno de la Escuela de Aviación, Orlando Marchessi.

El Teniente de Artillería Luis Manrique Gamero, destinado en la Casa Militar de la Presidencia de la República, fue el primero en acudir y lanzarse al mar en ayuda de los tripulantes. Llegado al aparato caído trató de sacar al aspirante de la cabina, pero dadas las dificultades y después de subirse al avión a montarse a horcadas, solicitó ayuda.


                                              "EL CARRETA" JORGE PÉREZ

Llamado por el Teniente Manrique, cuando éste hacía esfuerzos desesperados por extraer el cuerpo del aspirante Marchessi, el cantante Jorge Pérez se lanzó al mar, sin tener tiempo a desvestirse nadando hacia el lugar del accidente y cooperó con el citado militar para desamarrar y sacar de la cabina al accidentado.

Durante más de 15 minutos, Manrique y Pérez desarrollaron esfuerzos inauditos para extraer con éxito a Marchessi del avión caído. Lamentablemente, el Teniente Carlos Alberto de Zela Nieto ya había fallecido y no pudo ser salvado. Orlando Marchessi sí fue salvado de una muerte segura y fue llevado a Lima donde recuperó su salud.

En el Instituto de Sanidad de Aeronáutica de la Avenida Petit Thouars, la Fuerza Aérea del Perú agradeció a Jorge Pérez por su generoso y valeroso comportamiento.
Decidí compartir con ustedes gran parte del artículo basado en recortes del Diario El Comercio del 20 de Noviembre de 1954, para darles a conocer otra faceta del recordado Carreta Jorge Pérez.


Pepe Ladd, 12 de Marzo del 2020.

jueves, 6 de febrero de 2020

CALLAO - ¿LA CAPITAL DE LA SALSA?


Callao, Provincia Consitucional del Perú, no sólo ha sido cuna de grandes músicos criollos como Eduardo Márquez Talledo, Manuel Raygada, Felipe Coronel Rueda, Francisco “Pancho Quirós”, Oscar Avilés, Delia Vallejos, Rosa Gutiérrez “Fetiche”, Rómulo Varillas, Carlos Saco, Victor Correa, Anna Renner y otros. El callao ha inspirado también notables composiciones criollas como Callao (Márquez Talledo), Nostalgia Chalaca (Raygada), Vamos Boys (Quirós) y otras.


Paradójicamente, Callao está considerado hoy en día como La capital de la Salsa y con mucha razón! ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Porqué un baluarte del criollismo, cede su lugar a la música tropical? Se puede enumerar muchas razones. “Los tiempos cambian y con ellos, los gustos” tal vez sea la explicación más comúnmente usada. O tal vez sea la más fácil. Sin embargo, ésta es una explicación incompleta. Veamos.




CALLAO MONUMENTAL
Iglesia San José en la Plaza Matriz, Callao


En el Callao, los músicos salseros (al igual que los criollos) rinden tributo a sus legendarios ídolos (Héctor Lavoe, Celia Cruz, Eddie Palmieri, La Sonora Matancera, etc. La gran diferencia radica en que cada día se van formando nuevos intérpretes y nuevos ídolos. Bastaría mencionar algunos como La Orquesta Zaperoko, Mario Aragón, Luisito Carbajal, entre otros. Además, en el repertorio de estos músicos predominan nuevos temas, con los cuales peruanos y jóvenes en particular pueden identificarse.


Lamentablemente, los músicos criollos viven predominantemente del ayer. No sólo se mantienen intérpretes con varias décadas de experiencia (lo cual no es criticable), pero no se da cabida en los medios a los nuevos valores. Y cuando se le da alguna oportunidad a estos nuevos valores, nos interpretan temas de nuestros bisabuelos. ¿Cómo puede identificarse un joven con tal oefrta musical? Para ello aún existen festivales de todo tipo de música, que nos llevan a los cincuenta, sesenta, setenta u ochenta.


En el extranjero, los músicos solían amar al vals peruano y lo incluían en su repertorio. Hasta que a algunos músicos y empresarios en el Perú, se les ocurrió introducir al cajón en las interpretaciones del vals y le cambiaron su cadencia y con ello, su encanto. Desde entonces, pocos valses modernos (por no decir ninguno) son interpretados por cantantes internacionales. Los últimos pertenecieron a Chabuca Granda y fueron compuestos hace más de 60 años (¡!).


La Orquesta chalaca de salsa, Zaperoko es escuchada y reconocida hoy mundialmente. También Daniela Darcourt, aunque ella es limeña. Mientras tanto la música criolla (y sus intérpretes) vive de sus laureles. Los pocos músicos innovadores que tenemos no reciben apoyo ni estatal ni empresarial ni mediático. Se invierte en el pasado y todos se satisfacen elogiandose los unos a los otros y exclamando a todos lados que “la música criolla no ha muerto”. 


El cantante puertorriqueño Ismael Miranda declaró durante una gira por Perú en el 2015: “Perú se ha convertido en una de las plazas más importantes para nosotros, tienen una gama de músicos que hacen un trabajo increíble. Ustedes pueden decir que su país es la capital de la salsa”. 


Por ello, van mis felicitaciones a los músicos del Puerto. Este no es un desarrollo salido de la nada. Hay raíces e influencias, pero también arduo trabajo propio en los logros actuales. Que sirva de ejemplo a los músicos criollos, antes que sea demasiado tarde.


Pepe Ladd, 06 de Febrero del 2020.